Hasta casi antes de ayer brotaban como setas en otoño en cada esquina. Hoy apenas sobreviven unos pocos. Donde antes se prometían cuerpos hercúleos con el mínimo esfuerzo hoy se abren cadenas de pizzerías, peluquerías o centros de manicuras. Una realidad que choca con la proliferación de gimnasios low cost, estudios de boxeo, boxes de Crossfit y, en general, el auge de la vida sana y el deporte como estilo de vida.
«Se trata de un producto seguro, avalado por varios estudios científicos, pero para un entrenamiento elitista», aclara Alexander Pérez Roldán, ingeniero y director estrategia de AQ8 System, un fabricante de este tipo de dispositivos. Y añade: «Solo acudiendo una vez a la semana se pone en unos 100 euros al mes. Y eso es una cantidad muy alta, teniendo en cuenta que hay cuotas de gimnasio todo incluido por 20 euros». Pérez Roldán explica que «en el primer momento muchos emprendedores sobreestimaron las posibilidades de negocio. Eso llevó a abrir más locales de los que el mercado demandaba. Hoy quedan los que mejor servicio dan y les va estupendamente». Ahora la línea de negocio está enfocada a la exportación porque «el mercado nacional se ha estabilizado».